El proyecto consistió en un cambio de imagen completo, conservando únicamente las paredes originales. Se instalaron baldosas de gran formato en el suelo, y dado que se trata de un apartamento pequeño, se utilizaron colores neutros para aportar tranquilidad y amplitud. Se renovó por completo las instalación de la vivienda. En el baño, se incorporaron accesorios de color negro para aportar carácter y modernidad.
La reforma también incluyó la instalación de una cocina de Nolte Küche en acabado blanco mate. El mobiliario seleccionado para la decoración interior se caracterizó por tonos neutros y mediterráneos, con muebles de madera y detalles en hierro. Los sofás y la ropa de cama se eligieron en tonos beige y azul, creando un ambiente acogedor y relajante.